Javier Marías habla de ‘Tiempos ridículos’

EFE TR 2“No acabo de entender que el Gobierno esté tan sordo”

El escritor Javier Marías tiene la sensación de haber hablado en exceso de la crisis y de los políticos en sus artículos de los últimos meses. Pero no le queda otro remedio en un país donde el Gobierno se ha puesto «en contra a todo el mundo» por las medidas y los recortes que aprueba.

«No acabo de entender que el Gobierno actual esté tan sordo, porque tiene enfrentada, no a gente de izquierdas o contraria al Partido Popular, sino a todos; a gente normal y de orden, como los médicos, enfermeros, profesores, rectores, jueces y abogados», afirma Marías en una entrevista con Efe.

En su casa de Madrid, en cuya entrada se amontonan los libros porque no para de recibir ediciones de sus novelas en el extranjero, el escritor habla de su nueva obra, Tiempos ridículos (Alfaguara), en la que ha reunido los artículos publicados en El País Semanal entre febrero de 2011 y febrero de 2013.

Considerado uno de los mejores novelistas en lengua española de las últimas décadas y con su obra traducida a 43 idiomas, Marías es también un excelente articulista como lo reflejan esos textos que publica desde hace dieciocho años, los diez últimos en la citada revista y los anteriores en El Semanal.

De vez en cuando le entran dudas sobre si seguir o no con esta labor, porque ya se ha pronunciado «sobre todo lo habido y por haber».

«También, cada vez más, se da uno cuenta de que servimos de poco los que ahora escribimos en prensa. Las cosas han cambiado mucho en los últimos años, y uno tiene la sensación de que no se influye nada en la gente con capacidad de decisión, sobre todo en los políticos», señala el escritor.

«Yo creo que los políticos se han blindado ante cualquier crítica». Y, como recuerda Marías en uno de los artículos, no hace tanto que sí se tenía en cuenta la opinión de los intelectuales: a su padre, el filósofo Julián Marías, lo llamó Adolfo Suárez, cuando era presidente del Gobierno, para consultarle sobre el texto de la Constitución.

«Los políticos actuales desprecian a los intelectuales. Y en eso, lamento decirlo, entroncan con el franquismo, que se distinguió siempre por el desprecio y hostilidad hacia la cultura y el mundo intelectual», asevera el autor de libros esenciales como Corazón tan blanco, Tu rostro mañana o Los enamoramientos, esa última novela que tantas dudas le suscitó y que no deja de darle satisfacciones: se ha traducido ya a más de veinte lenguas.

portada-tiempos-ridiculos_grandeEn la nueva recopilación de sus artículos hay piezas emotivas, entre ellas cuando recuerda la muerte de su tío, el músico Odón Alonso, o la conmovedora carta de un lector, y las hay también divertidas, como cuando recrea su expulsión de una librería de Viena o cuando habla de fútbol -«estoy deseando que se vaya Mourinho», asegura-.

Pero en Tiempos ridículos predomina el tono sombrío porque reflejan la realidad de un país en el que los políticos «son percibidos como uno de los problemas más graves», abundan los casos de corrupción y la gente está «desmoralizada por la impunidad que hay para los causantes de la crisis».

Y un país en el que, tras un año y pico de gobierno del PP, el paro no deja de aumentar y «sigue sin condenarse a nadie por corrupción».

«Si un Gobierno toma medidas viernes tras viernes, que atentan contra la idea de Estado tal como la hemos aceptado y si aplica una política de ‘sálvese sólo quien pueda, y el que no, que hubiera ganado más dinero antes’, está quebrando el pacto esencial y se deslegitima a sí mismo», decía Marías en un artículo de julio de 2012.

Y añade ahora en la entrevista: «La democracia no consiste sólo en ser elegido, sino en gobernar día a día democráticamente. Y eso supone tener en cuenta a las minorías, a la oposición, a la sociedad, y no imponer una cosa detrás de otra porque se tiene mayoría absoluta. Eso es despotismo legalizado».

Es posible que sean necesarios los recortes, comenta, pero «dónde se aplican es una de las cosas que define a un político, y este Gobierno los ha aplicado sobre todo en las cosas que a la población le importan más: la sanidad, la educación, la cultura y la justicia. No recortan en sueldos de políticos ni en celebraciones innecesarias».

Entre esos gastos innecesarios, opina el escritor, quizás estén los de la «Marca España». A Marías le pidieron permiso para utilizar su imagen en un vídeo promocional de nuestro país, que se presentará en Bruselas el 4 de junio, y ha dicho que no.

«¿Qué hace mi imagen en un vídeo propulsado por este Gobierno que ha tenido un presupuesto de cero euros para las bibliotecas públicas y que ha subido del 8 al 21% el IVA del cine y de los teatros? Todo esto es pura contradicción», indica.

En el artículo que sirve para titular el libro, Tiempos ridículos, Marías considera «desproporcionadas» las críticas que suscitó el viaje del Rey a Botsuana para cazar elefantes, y que llevó a algunos dirigentes políticos, tertulianos y analistas a cuestionar la validez de la monarquía.

El escritor no es monárquico, pero no le gustaría que «el Jefe del Estado fueran Aznar, Aguirre, Bono o Zapatero».

«Nos ha ido bien con esta monarquía. En toda la historia de España no hemos tenido jamás un período tan largo de democracia o de algo que se le parezca. Es preferible que haya una institución que no gobierna en ningún caso (‘El rey reina pero no gobierna’, recuerda), que no políticos», añade.

Ante la situación que se vive en España, no descarta «en absoluto» que pueda haber un estallido social, aunque él intenta «ser optimista» y espera que «la gente no se ponga a hacer el cafre. No serviría de mucho y sería aún más desastroso y más grave».

«Pero da la impresión de que los responsables políticos no atienden a nada, tiran de la cuerda, y la cuerda se puede romper por el lugar más impensado», advierte.

ANA MENDOZA

EFE, 23 de mayo de 2013