Revolución en el jardín

El mexicano Jorge Ibargüengoitia (JI), que iba en un avión que se estrelló cerca de Madrid hace 25 años, en una escala fatal París-Bogotá -hubiera cumplido 80 el pasado 2008-, fue un gran dramaturgo al que las carteleras de su país le abandonaron pues no cabía su apellido vascokilométrico, un gran novelista que practicaba el humor como terapia -en Los relámpagos de agosto se carcajea de lo más granado de la mexicanidad revolucionaria-, y además un prolífico escritor de periódicos, como se comprueba con este inesperado manojo que ha preparado Juan Villoro y que con gracia real patrocina Javier Marías, monarca actual del Reino de Redonda. Lo primero que JI hubiera hecho, al ver en este libro a modo de apéndice la lista de cortesanos, y cortesanas (añadiría el vasco Ibarretxe o el conspirador judío antirromano de La vida de Brian), del tal Reino, habría sido escribir un jugoso artículo de los suyos. Y es que JI siempre le sacó punta a la realidad y la exprimió en humor y con humor, certero, apenas ácido. Véanse estos textos, muchos en torno a la mexicanidad -de las antiguas colonias, a México, como a la Madre Patria, es al que más le duele de antiguo las tripas, acaso por la x marcada a fuego en el bajo vientre-, otros en torno a su oficio -modesto- de escritor, y de las famas -relativas- que de tal oficio se obtienen. Destaca, desde luego, el reportaje que da título al libro y que relata, con atrevida literalidad (el humor lo deja a la discreción o intención del lector), un viaje que hizo en 1964 a La Habana a recoger el Premio Casa de las Américas por la ya citada Los relámpagos de agosto. Un reportaje que supera en calidad, desde luego, al resto del volumen, que tiene, entre otras, la virtud primordial de rescatarnos (¿Seix Barral sigue con la idea anunciada en 2005 de formar una Biblioteca JI?) a quien fue un escritor aceptablemente editado en España en los pasados ochenta, y hoy -como tantos- descatalogado de nuestra memoria. La magnanimidad real del actual Rey de Redonda nos permite recordarle en su vertiente menos conocido aquí: la de escritor de diarios. Bienvenido sea Ibargüenetcétera. 

JAVIER GOÑI

El País, Babelia, 10 de enero de 2009

Jorge Ibargüengoitia

Jorge Ibargüengoitia

 

El humor inteligente

La editorial Reino de Redonda recupera con el libro Revolución en el jardín una selección de los mejores artículos del agudo y divertido escritor mejicano Jorge Ibargüengoitia.

En España, el nombre de Jorge Ibargüengoitia puede evocar, si acaso, alguna alineación del fútbol patrio pero se trata de un magnífico escritor y articulista mejicano. La editorial Reino de Redonda, que comanda el escritor Javier Marías, ha querido dar a conocer al lector español sus mejores artículos, publicados en el excelente libro Revolución en el jardín. La excelencia es doble, primero por la sorpresa de descubrir a un auténtico Julio Camba mejicano y luego porque la edición es, algo habitual en esta pequeña pero eficiente editorial, un dechado de virtudes, empezando por un prólogo divertido y esclarecedor de Juan Villoro.

Jorge Ibargüengoitia (Guanajuato 1928-Mejorada del Campo, 1983) publicó desde 1968 a 1976 dos artículos semanales en el periódico Excelsior. Cuando el tiranuelo de turno decidió acabar con el periódico, los mordaces comentarios de Ibargüengoitia emigraron a la revista Vuelta, fundada por Octavio Paz, para regalar a los lectores una columna más extensa. El destino, tan absurdo, truncó con 55 años la carrera de este escritor, que falleció en un accidente de aviación cerca de Barajas.

Aunque no fue tan “viajado” como Camba, Ibargüengoitia se parece al genial articulista español en su capacidad para captar los pequeños detalles de la vida y también para ofrecer con acierto el retrato de los personajes, muchas veces anónimos. Pero si de viajes hay que hablar, el mejicano escribe precisamente en el artículo que da título al libro uno de los retratos más irónicos, despiadados y veraces de la entonces incipiente revolución cubana, narrando una estancia en La Habana. Eso sí, el grueso del libro está destinado a diseccionar los usos y costumbres de Méjico y en ocasiones, el propio articulista se presenta como personaje a examinar.

Un libro redondo, perspicaz y divertido sobre un escritor cuyas obras son casi inencontrables en España. El panorama cambiará en marzo: Seix Barral inaugurará la “biblioteca Ibargüengoitia”. Felicidades.

ALFONSO VÁZQUEZ

La Opinión de Málaga, 10 de enero de 2009