Contenidos de la RAE: sigue la polémica

El lunes de la semana pasada la Real Academia Española (RAE) cumplió 298 años. Tres días después Clarín informó que la institución estaba intimando a sitios de Internet que comparten enlaces a su popular Diccionario de la Real Academia Española y a otras de sus publicaciones. La presión periodística y el murmullo en los foros de Internet obligó a la RAE a difundir un comunicado en el que recordaba que “El Diccionario y otros recursos académicos son de acceso libre y gratuito en Internet” y que estarían abiertos a recibir peticiones de sitios que quisieran difundir sus publicaciones sin “lucrar” con ellas.

Miembros de las 22 Academias de la Lengua Española –autoras también de muchas obras de la RAE– cerraron filas y manifestaron su acuerdo con la declaración de la institución. Sin embargo, la presión de internautas e investigadores no cesó y algunas academias podrían revisar su posición.

El autor Arturo Pérez Reverte –también miembro de la RAE–, dijo en Twitter que: “Hay una ofensiva de demagogia y política en la Argentina respecto a la RAE y el español”. Javier Marías, en cambio, sólo se manifestó ante la consulta de Clarín y por fax, ya que que no usa computadoras ni Internet. “Me gustaría que esa institución no cobrase por ningún servicio, pero no es una ONG ni una organización gubernamental sufragada con dinero público, aunque cuente con alguna ayuda estatal. Es una institución de carácter privado e independiente y lo fue incluso bajo la dictadura de Franco, a la que era muy difícil y muy arriesgado llevar la contraria”, explicó.

Ricardo Soca, moderador de elcastellano.org –uno de los sitios intimados por la RAE– publicó un petitorio online para que la RAE “ponga los contenidos de su sitio web a disposición de los 450 millones de hispanohablantes”. Ayer tenía 2259 firmas.

GUIDO CARELLI LYNCH

Clarín, 11 de octubre de 2011

Preguntas y respuesta completas:

Preguntas de Clarín:

¿Qué opinión le merece que la RAE cobre para acceder a algunos de sus servicios y diccionarios online? ¿No atenta eso contra la difusión del bien común que se supone que es la lengua? ¿Cómo juzga el hecho de que la RAE intime a sitios web que replican sus servicios?

Respuesta de Javier Marías:

Dado que no formo parte de la junta de la RAE ni tengo ordenador (ni por tanto uso Internet), ignoraba lo que me comenta. En principio no suena muy bien, pero debe usted tener en cuenta que los trabajos de la RAE (incluido el Diccionario) cuestan dinero a la institución, al estar remunerados, como es justo y de rigor. Tal vez a eso se deban las medidas de las que me informa: lo mismo que quien quiere tener el Diccionario o la Gramática en papel, los compra en una librería, supongo que no es descabellado que algo se pague por acceder al trabajo de otros. La “difusión de la lengua”, según su expresión, no se puede ver afectada por nada. La RAE no es, obviamente, dueña de la lengua común, pero sí, me imagino, de sus trabajos y estudios sobre esa lengua. No confundamos las cosas, por favor. En lo que a mí respecta, me gustaría que esa institución no cobrase por ningún servicio, pero no es una ONG ni una organización gubernamental sufragada con dinero público, aunque cuente con alguna ayuda estatal. En todo caso es una institución de carácter privado e independiente, y lo fue incluso bajo la dictadura de Franco, a la que era muy difícil y muy arriesgado llevar la contraria.

Madrid, 5 de octubre de 2011