En Lección pasada de moda, Javier Marías recopila sus artículos sobre el uso cerril del idioma. Casi podría asegurarse que, salvo raras excepciones, se hace un uso penoso o lamentable de lenguaje, sobre todo, en su uso público, que es el que vulnera e intoxica más a las personas. Hace un siglo, todavía existían islotes rurales donde se usaba un léxico precioso, pero me temo que eso ha pasado a la historia.
Para más inri, el nuevo académico Javier Marías, discrepa de las normas ortográficas de la Academia. De modo, que la plaga o peste del mal uso del idioma, va por barrios. Barrios doctos y barrios chungos. Un buen ejemplo es el nombre del emirato Qatar, que deviene en Catar, quizá para promocionar el Rioja en Kuwait y limítrofes. En el reciente volumen Ni se les ocurra disparar, trata de un asunto nada banal. “El país que perdió el humor”. En su día, Juan Benet propugnó una Federación española de Golpes de Estado. Humor negro de altísima calidad. Hay alianzas léxicas muy chuscas, dignas del Vocabulario de ideas cerriles de Flaubert.
Democracia cristiana o pensamiento navarro, son ejemplos clásicos de oxímoron. Se diría, si hacemos caso a Javier Marías, que hemos perdido la sal de la vida, el humor, la gracia, la zumba. Quienes sostenían hasta hace cuatro días, confundiendo opulencia con somnolencia, prosperidad con iniquidad, cultura sofisticada con cultura subvencionada, que España era la California de Europa, deberán corregir el tiro cuanto antes, no vaya a suceder que les salga por la culata, que hagamos la risa, allá donde todavía distinguen de tan refinadas materias.
CÉSAR PÉREZ GRACIA
Heraldo, 16 de febrero de 2012