Antes de sentarse a la mesa de deliberaciones los miembros del jurado parecían querer traer el galardón a casa. El Príncipe de Asturias de las Letras, el quinto de los títulos que se conceden este año, simulaba a primera hora pronunciar bien alto el nombre de Javier Marías, pero, finalmente se quedó con tres identidades, ninguna de ellas máxima favoritas, todas finalistas con posibilidades, que sí han prestado su voz a nuestro idioma, pero por haber sido traducidas desde el suyo, el inglés. Se trata de la veterana narradora canadiense Alice Ann Munro (Wingham, Ontario, 10 de julio de 1931) considerada una de las principales escritoras actuales en lengua inglesa, traducida a 13 lenguas, que ya ha sido premiada en nuestro país con el Reino de Redonda (2005). Le acompaña en la terna que se llevó la mayoría de los votos del jurado el popularísimo cantante Leonard Cohen. También canadiense, nació en Montreal en 1934, su mayor obra ha trascendido a lomos de una melodía, pero Cohen, que fue candidato al Príncipe de las Artes (ganado por Riccardo Muti) es también poeta y novelista, vocaciones que le ponen en la recta final del galardón. En la misma posición está Ian McEwan [ganador este año del Premio Reino de Redonda]. El autor de Hampshire (1948) es uno de los novelistas de mayor éxito de Inglaterra y del mundo entero. Autor, entre otras grandes novelas, de Expiación, una de las más conocidas, gracias a haber sido trasladada al cine, su nombre fue respaldado por varios de los miembros del jurado.
Sin embargo, los otros dos finalistas parecen tener más papeletas. Munro por poner sobre el tapete la mínima representación de las plumas femeninas en el palmarés. Hecho al que se refería antes de la reunión la decana de Humanidades en la Universidad de Harvard, Diana Sorensen, aludiendo, sin dar nombres a que «empieza a ser hora de poner otra mujer en el podio de las Letras». Sí daba identidad y esa era la de la canadiense Alice Munro otra jurado, la filóloga Rosa Navarro, quien la considera «una exquisita cuentista que crea mundos breves como si pusiera una lupa en la gente corriente, que de repente se convierten en familiares del lector, y hace pensar sobre cuestiones fundamentales del mundo».
Se decantaron, por el contrario, por la voz poética de Cohen el escritor canario Juan José Armas Marcelo, uno de los que más le defendió en las deliberaciones, y Fernando Sánchez Dragó, quien, antes de iniciarlas, daba su voto a la poesía asegurando: «No es un género literario, es un proceso de conocimiento». Dragó, como Armas Marcelo, coincidió en respaldar la candidatura de Cohen, pero si le preguntaban por un novelista, se iba al tercero de los finalistas, Ian McEwan.
No obstante, no todos iban por el mismo camino. El exdirector de la Real Academia Víctor García de la Concha, como su sustituto, José Manuel Blecua, apostaron por Javier Marías, recordando que desde hace más de diez años no gana el premio un español. El último fue Francisco Ayala en 1998.
El Comercio, 1 de junio de 2011