Los enamoramientos, de Javier Marías
El autor español vuelve a entregarnos una obra que profundiza en las dudas más recónditas del ser humano.
¿Hasta dónde se puede llegar en el amor? Esta es la pregunta que sobrevuela la nueva novela del español Javier Marías, Los enamoramientos (Alfaguara). Como ya nos tiene acostumbrados, Marías nos entrega otra obra íntegra, sólida y que se mete con las complejidades de las relaciones humanas. Los enamoramientos es, a todas luces, más que una novela.
Es una búsqueda de respuestas, porque, justamente, deja al lector lleno de preguntas sobre eso tan difícil de definir y que ha colmado de páginas la literatura universal. Con simpleza en la construcción de la trama y con el cuidado permanente en la estructura integral de la obra, Marías recurre a una historia con pocos protagonistas (a la postrer, serán sólo cuatro los intervinientes, además de dos esporádicos personajes) pero de una solidez literaria que atraviesa lo meramente narrativo para involucrarse en el planteamiento de temas universales que, como tales, dejan abiertos varios interrogantes.
ENAMORAMIENTO Y AMORES
María Dolz es secretaria en una editorial, una persona sola, tranquila, «prudente», como es catalogada por la pareja conformada por Miguel y Luisa. María y el matrimonio sólo se conocen de vista, por compartir el desayuno en el mismo lugar muchas veces durante varios años. La muerte repentina de Miguel en manos de un «gorrilla» (un cuidacoches) generará en María una extraña angustia que la llevará a establecer contacto con la viuda (luego de que esta regrese, tras el asesinato y cierto tiempo), a partir de lo cual se introducirá en una historia en la que sus sentimientos se pondrán en juego.
La trama de Los enamoramientos lleva a un diálogo entre las éticas y las morales a través de los tiempos, usando como referencia para esto grandes temas que han motivado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. El amor, la muerte y la justicia son puestos bajo la lupa de los diálogos de los protagonistas, usando como referencia textos de Balzac y Dumas que sirven como disparadores para cuestionar tanto el presente como el pasado. Los enamoramientos propone una lectura que va más allá de una trama literaria, para llegar a las profundidades humanas.
ALEJANDRO FRÍAS
El Sol (Argentina), 10 de mayo de 2011
Corazón tan negro
En las páginas de esta novela nada es lo que parece en un principio. Una muerte accidental puede ser un crimen premeditado o un extraño suicidio planeado con detalle. Los enamoramientos no es una historia sentimental como puede sugerir el título. En ella se indaga en los recovecos oscuros del corazón humano, en los que pueden ir enredados el amor y el crimen.
El crimen
La novela está estructurada en tres partes. […]
Una novela hablada
Los enamoramientos es una historia contada a tres voces: la de María Dolz, que conocía casualmente al muerto, porque coincidía con él desayunando en el bar, aunque nunca se dirigieron la palabra; la de su esposa Luisa, serena y turbada por la impotencia ante la muerte; y la del amigo de ambas, Díaz-Varela, que tiene diferentes caras en cada capítulo. Es una novela hablada. De una forma sintética, puede decirse que esta novela está compuesta por tres conversaciones largas. Se sustenta en el diálogo y en el estilo indirecto. Cada intervención de los personajes puede ocupar varias páginas. Porque esos diálogos son discursivos: están hechos mediante largas disertaciones, discursos sobre la muerte, sobre el azar, sobre el amor o el accidente imprevisto. Incorporan en varias secuencias reflexiones sobre la novela de Balzac El coronel Chabert, que acaba de publicarse en la editorial Reino de Redonda, que dirige Javier Marías; y sobre Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas.
La impunidad
En Los enamoramientos se reiteran temas que son característicos de la narrativa de Javier Marías: la traición, la culpa, la imposibilidad de conocer la verdad con certeza, el azar de «empezar un día como cualquier otro, sin tener la menor idea de que se te va a acabar la vida», la obligación de asumir la muerte como un hecho cotidiano: «luego pasan los días y los meses y los años y nos acomodamos» (pág. 161).
Aunque la novela se estructura en torno a la muerte de Miguel Deverne, que da lugar a una historia criminal, se impone en ella la discusión sobre esos temas planteados. Es una novela más ensayística que narrativa. Se permite alguna broma. Por ejemplo, la narradora trabaja en el mundo de la edición y su opinión sobre los escritores es poco condescendiente: «gente rara, la mayoría», dice de ellos; «Cortezo» llama a uno de los que publican en su editorial; y a otro, «el repelente Garay Fontina». Pero salvo un par de bromas, el libro es bastante pesimista y sombrío. Expone que el enamoramiento no es un estado tan maravilloso como se califica generalmente y que en su nombre se pueden cometer las mayores atrocidades. La novela observa con preocupación la sociedad actual, cada vez más aletargada ante la impunidad con la que se comenten crímenes y desmanes. Parte del hecho de que «el número de crímenes impunes supera con creces el de los castigados» (pág. 398).
Y al final, la narradora afirma sin matices: «Ya he dicho que la justicia y la injusticia me traían sin cuidado». La impunidad es una de las ideas que denuncia esta novela como uno de los síntomas más preocupantes de la sociedad actual.
Este año se cumplen los cuarenta años desde que Javier Marías publicó su primera novela: Los dominios del lobo. Nació en Madrid en 1951, tiene sesenta años y es uno de los escritores más reconocidos internacionalmente. Ha publicado doce novelas, dos libros de cuentos, cuatro ensayos y once colecciones de artículos. Las tres últimas novelas las agrupó en una trilogía, con un título común: Tu rostro mañana. Javier Marías ha afirmado que al acabar ese proyecto dudó si escribiría más novelas, porque pensaba que «ya había dicho todo lo que tenía que decir en el campo de la novela». Los enamoramientoses su respuesta a esas dudas, cuatro años después de la publicación de la última entrega de Tu rostro mañana.
J. L. MARTÍN NOGALES
Diario de Navarra, 9 de mayo de 2011
Los amores difíciles de Javier Marías
Es difícil no rendirse a los pies de una escritura como esta si, como el que suscribe cree, detrás de ella se encuentra el mejor prosista español. Leo a Marías con el terrible prejuicio, con la expectativa malsana, de que hará llegar una vez más una obra maestra. Lo consigue otra vez. Los enamoramientos (Alfaguara) no defrauda, sino todo lo contrario.
María Dolz, quien nos cuenta en primera persona la trama, trabaja en una editorial. Desayuna en la misma cafetería todos los días donde contempla a una pareja, formado por Miguel y Luisa, que parecen perfectos, el uno para el otro. Un día dejan de venir. María se entera que el marido ha muerto asesinado en la calle. De repente ella se acerca a la viuda y entabla con ella una especie de amistad. Detrás de esta mujer estará el amigo del muerto, pieza clave para entender la desaparición del mismo.
Con las piezas de un thriller Marías hace un tratadao filosófico y psicológico del alma humana. Pocos personajes, mucha especulación, el ser humano moderno en carne viva. Imperdible.
GUILLERMO ROZ
Periodista digital, 9 de mayo de 2011